#1. Monólogos y diálogos

He tardado mucho tiempo en quitarme la aversión a lo diferente.Sí, a veces he tratado de ser transigente en apariencia, pero eso, sólo a veces y sólo en apariencia.
Sin embargo, ahora ando sintiendo distinto. Lo diferente empieza, de manera genuina a despertar mi curiosidad más que mi rechazo.Lo diferente, la otra forma de verlo, es tan valiosa como la mía. Y así lo siento. Cada cual tiene sus motivos, sus entornos, sus bagajes… y de verdad que cada vez lo veo más claro.
Y cada vez es más enriquecedor conversar con alguien con quien no compartes visón. Sobre todo si ese alguien y tú, os tratáis desde el respeto y la escucha.
Desde una posición desinteresada y abierta a entender otras posturas.Sin dogmatismo. Eso es enriquecedor.
Y cualquier forma de dogma o convicción, es en cierto modo, lo contrario. Empobrecedor. Te va cerrando cada vez más la entrada de información. Va estrechando tu capacidad de desarrollo.
De todas formas, esto es cosa de dos.
Si tú tienes este enfoque y receptividad y quién está en frente no, no funciona. Y lo digo porque si eso ocurre, si la otra parte no está dispuesta a entender y a recibir otra opinión entonces no tiene sentido que te esfuerces en hacerte entender.No malgastes tu energía tratando de dialogar una y otra vez.
Esa es la diferencia fundamental. Cuando alguien quiere escuchar y entender entonces hay diálogo. Cuando no es así, la conversación se convierte en dos monólogos.
Si tienes algún comentario o consulta, contáctame.